
Espero que el Crestas haya estado orgulloso de mí, porque hice lo más punk que un chico de 12 años podía hacer en mi situación.
Espero que el Crestas haya estado orgulloso de mí, porque hice lo más punk que un chico de 12 años podía hacer en mi situación.
Sentimos que entre más edad, menos nos van a querer, porque somos personas cada vez más rotas, que han sufrido y que la vida ha sido un reto para salir adelante.
Felicidad, ansia, luego tristeza y ahora desesperanza, ¿esto cuándo se acaba? Atrapades en un ciclo de monotonía interminable, las emociones se vuelven cada vez menos auténticas, pierden su color y poco a poco van alcanzando poco la transparencia.
(…) entre tantos #YoTeCreo, nos dimos cuenta de que ya no hablábamos sólo de ella, si no también de todas nosotras, de todas las que habíamos vivido violencia, de todas las que en algún punto fuimos las amigas que no supimos cómo reaccionar, o de todas las que hemos estado al pie del cañón acompañando a otra en su confusión y dolor. Todas resonamos en Nath.
Este malestar tiene un nombre y es uno de los padecimientos psicoemocionales más comunes en el mundo, conocida como la “Depresión Decembrina”, la afectación antes descrita es una de las que lleva a la estadística de la salud mental a sufrir severas modificaciones durante el último mes del año, especialmente en los índices de ansiedad, suicidio y, como se ha mencionado, depresión.
Hay quienes comienzan a comer y lo devoran todo hasta que no toleran más. Hay quienes no se percatan de su hambre nunca. Pasamos toda la vida aprendiendo a entretenerla, pero nunca se nos enseña a solucionarla.
Ningún año es igual al anterior. Ninguno. Pero algo nos ocurrió a todas y todos en nuestras vidas en éste particularmente: la experiencia de vivir por primera vez una pandemia.
El ajolote se rehúsa a abandonar sus pieles de larva y en cambio se aferra a una tranquila vida sin cambios.
Aprender a bailar es volver a aprender a hablar. A reconocer nuevas palabras, a unir nuevas frases, a decir nuevos poemas.
Hoy dejo de lado mi terquedad para reconocer que esta maravilla llamada audiolibro se va a quedar en mi bolsillo de opciones para iniciar una lectura.
(…) me gusta ver al amor como un jardín que se adapta a las estaciones del año: por unos meses podrá florecer en su esplendor, y en otros pasará por sequías y fuertes fríos.
Nadie nos enseña cómo afrontar el dolor ajeno que se siente como propio; nunca nos dan una clase de cómo afrontar el miedo a lo que se acerca poco a poco; jamás nos han mencionado algo importante: está bien no estar bien.
En tiempos de COVID, cuando el distanciamiento social es un requisito, ¿cómo acompañar a alguien en su dolor? ¿Cómo condolerse?