
Eso fue el lugar hundido. La conjunción de mis trastornos en un mismo lugar, un mismo momento, el momento más aterrador de mi vida.
Amor(es) es nuestra edición de textos sobre el Amor.
Historias de amor, desamor y diferentes formas de amar.
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Eso fue el lugar hundido. La conjunción de mis trastornos en un mismo lugar, un mismo momento, el momento más aterrador de mi vida.
Con la crisis moderna a la que se enfrentó la religión, muchas personas ya no encuentran refugio en ella, y parece que la cultura del amor propio está cumpliendo una función parecida.
El deseo de amar y ser amade es diverso y no siempre se cumple; no siempre es recíproco y no siempre toma en cuenta el cuidado, tanto propio como ajeno.
[…] no suele existir en nuestro imaginario la idea de que, muchas veces, un enorme acto de amor es soltarse […]
Hay un coletazo, una añoranza por encauzar el camino correcto de los afectos correctos y el correcto deseo. Las formas correctas de amar. Las parejas correctas. El retorno del amor moral.
Ante este mundo que impone tanto caos y que está lleno de injusticias, ante este sistema que tergiversa al cariño con violencia y ante mí misma que conozco a la ansiedad y al dolor de frente, la mayor declaración de amor que puedo hacer es que, cuando pienso en la persona de la que estoy enamorada —cuando estoy con él y cuando me recuerdo habitante de nuestra relación— mi cerebro, mente y cuerpo se sienten en paz y, sobre todo, a salvo.
Al final, con la separación de mis padres pude comprender que el amor no siempre es una manifestación de por vida, es decir, en un amor sentimental de pareja, no podemos asumir que será duradero por la eternidad.
Cuando yo aseguro que yo sí amo y cuido hombres, cuando abrazo a mis amigos y los escucho, estoy convencido de que hacemos mucho más por desarmar la jaula de la masculinidad de lo que podemos hacerlo repudiándonos entre nosotros.
La verdad es que nunca quise marcharme, pero estaba tan ensimismado en problemas personales que opté por esa salida. Cuando quise volver, ya te habías marchado tú, y esta vez era en serio.
Cometimos el tierno error de prometernos amor eterno e incondicional y tú todos los días me exigiste demostrarte que entraba en un par de zapatos que nunca fueron de mi talla.
(…) me gusta ver al amor como un jardín que se adapta a las estaciones del año: por unos meses podrá florecer en su esplendor, y en otros pasará por sequías y fuertes fríos.
Estas palabras están dedicadas a aquellos pequeños seres que llenaron de luz de nuestra vida y que día con día lo siguen haciendo con su mirada, sus saltos, su calor y cariño ¡Nuestras mascotas!
Mi relación con mi madre está lejos de ser ideal y perfecta, nuestras ideas suelen encontrarse en duelo…